Hace unos meses compartimos en esta página web la publicación del libro “Sexualidad,discapacidad y educación” escrito por nuestros compañeros Lorenzo Miguel Barragán (Fundación Purísima Concepción – Granada) y Elisa Sánchez Santamaría (Centro Benito Menni de Valladolid) y publicado en colaboración con la Universidad de Comillas. Hoy os dejamos una entrevista con Lorenzo Miguel en la que nos acerca más a todo lo que se cuenta en esta publicación.
¿Qué fue lo que os motivó a escribir este libro?
El motivo fundamental fue dar una respuesta deforma integral a una dimensión tan importante en la vida de las personas con diversidad funcional, como es la dimensión afectivo sexual. Llevo más de veinticinco años como maestro de educación especial, y uno de los aspectos menos desarrollados, ha sido el ámbito de la educación sexual en las personas con discapacidad intelectual; era una asignatura pendiente.
¿Habéis contado con el apoyo de la Institución?
Elisa y yo solamente somos la parte visible de un Proyecto de Hermanas Hospitalarias, impulsado y articulado por su Comité de Ética Asistencial de Madrid, y por la Comisión de Granada. En todo momento hemos contado con el respaldo institucional, cuyo interés es unificar criterios de actuación por parte de todos ante las conductas que se presentan, desarrollando programas y planes educativos que den respuesta en este sentido.
¿A quiénes va dirigido este libro sobre «Sexualidad, discapacidad y educación»?
A profesionales, familiares, voluntarios,Hermanas; así como a Instituciones y Organizaciones que trabajen con personas con diversidad funcional, que necesiten de una herramienta que les ayude a dar una respuesta enmarcada en un Proyecto, y no sólo iniciativas aisladas, que aunque bien intencionadas son insuficientes. El libro pretende implicar a todas las personas de una organización a través de lo que hemos llamado “Plan Estratégico de Intervención”.
¿El libro nos permite dar respuesta a casos concretos?
Aunque el capítulo cinco se dedica a la exposición de siete casos reales, debemos tener siempre presente que cada persona es única, y como tal sus necesidades, deseos, posibilidades en el ámbito afectivo sexual también. Hoy se habla de sexualidades diversas,entendiendo que cada persona tiene una manera de vivir su sexualidad; por ello no sirven las recetas, las respuestas globales, se trata de individualizar cada caso, cada situación.
Entonces, ¿qué se enseña en los programas y talleres de los que habla el libro?
Lógicamente estos programas y talleres tienen objetivos y contenidos concretos, de hecho como material complementario se incluye uno de ellos a nivel orientativo, pero la premisa es que los contenidos de los mismos sean escogidos en función del grupo de personas con las que se va a trabajar, teniendo en cuenta sus necesidades, posibilidades, edades ,intereses; las orientaciones más concretas y confidenciales se realicen en las tutorías individuales previstas para ello, como refuerzo a los programas y talleres.
¿Cómo se da respuesta a la sexualidad de las personas con mayores necesidades de apoyo?
Interesante pregunta, el libro contempla dentro de su plan estratégico de intervención, los planes personales dirigidos a aquellas personas que le resulte difícil de participar en un programa o taller; estos consisten en diseñar las estrategias concretas de apoyo a la persona para acompañar su proceso de desarrollo afectivo sexual,individualizando de nuevo la respuesta por parte del equipo técnico y de la familia. En estas situaciones es más difícil contar con la opinión explícita dela persona; pero en todos los casos seremos escrupulosamente respetuosos con las opiniones, ideas o creencias de la persona con diversidad funcional,siempre que estas no atenten contra los derechos o libertades de terceros;principio de no maleficencia.
¿Qué papel le asignáis a la familia dentro del Proyecto?
La familia tiene un papel fundamental, por ello debemos trabajar de la mano, nuestras intervenciones deben estar en sintonía. Pueden darse situaciones en chicos-as adultos con autonomía quieran comenzar a tomar decisiones sobre sus propias vidas en esta esfera, como es lógico, y que ello colisiones con los intereses de sus familiares; nuestro papel consistirá en garantizar derechos a nivel legal y de conciliar posiciones a nivel ético; tratando que exista el mayor entendimiento y consenso, aportando nuestro conocimiento científico-técnico, así como el humano.
¿Cuáles son las mayores dificultades que habéis encontrado este libro sobre «Sexualidad, discapacidad y educación»?
Para lo bueno y para lo malo este proyecto ha nacido de una realidad, de la experiencia. Se ha ido»cocinando» a fuego lento. Esto le ha dado la ventaja de que sus bases están sustentadas en lo «real»; pero también ha hecho que los tiempos se hayan prolongado. También ha tenido que pasar algunas revisiones,que han hecho que nos hayamos retrasado un par de años en su publicación. En este sentido agradecer a la Universidad de Comillas su interés y compromiso con la publicación y divulgación del Libro; gracias a ellos podemos llegar a más personas.
Pero quizás nuestra mayor dificultad fue el miedo a abordar esta dimensión, por nuestro desconocimiento sobre la materia,por los componentes morales, por el contexto religioso en el que nos encontramos; poco a poco nos dimos cuenta que el conocimiento se alcanza,y que la moral se pone al servicio de la ética cuando de necesidades y de derechos se trata. Siempre hemos sido guiados por la prudencia y el conocimiento científico, principios fundamentales en Hermanas Hospitalarias.
¿Se van observando cambios en este sentido?
Creo que ha habido un despertar en los últimos cuatro o cinco años, y son muchas las instituciones que están apostando por desarrollar proyectos en este ámbito. Recientemente en el mes de junio se celebró en Madrid unas jornadas sobre el Derecho a la Sexualidad de personas con discapacidad intelectual, organizado por Plena Inclusión donde hubo una amplia participación y se vislumbraron nuevos horizontes en este sentido. Nos queda seguir sumando esfuerzos, iniciativas y experiencias para que este movimiento siga dando pasos, y de esta forma hacer realidad lo que en la ley ya se lleva contemplando hace años. Es necesario este compromiso personal e institucional, para pasar de la teoría a la acción; siempre basados en el conocimiento científico y en unas bases éticas, que nos permitan avanzar concierta garantía y calidad.
Y ya sólo recordar que el libro “Sexualidad, discapacidad y educación, propuesta para una intervención integral”, está disponible en la librería de la Universidad de Comillas y en Amazon.