La actitud de servicio, con atención integral, a favor de la salud de nuestros asistidos, se hace cualificadamente eficaz si nuestro trabajo alcanza, con rigor, la mejor calidad profesional.
La calidad profesional abarca la adaptación de los centros a las exigencias de las necesidades de las personas, tiempos y lugares, la incorporación de técnicas y métodos provenientes del avance científico y la actualización, teórica y práctica, de todos los profesionales.
Facilitamos y exigimos el espíritu de colaboración corresponsable desde el puesto de trabajo que se ocupe, la programación participada y el trabajo en equipo en todas las áreas, de modo que la diversidad de presencias, servicios y funciones alcance la mejor coordinación en el objetivo común.
La calidad de nuestros servicios está garantizada también por la eficiencia en la gestión; por la formación permanente en todas las dimensiones de la Hospitalidad junto con la responsabilidad individual; por la precisa organización; y por la eficiente asignación de los distintos tipos de recursos, que para nosotros tienen siempre como meta la mejora en la atención.
Nuestra presencia en países en desarrollo y nuestra significativa ubicación en lugares empobrecidos y desasistidos, optimiza la calidad de sus prestaciones multiplicando los recursos, mediante la solidaridad interinstitucional y la solicitud de ayuda internacional. Priorizamos invertir en la promoción de profesionales, pues consideramos que ella es la fuente mejor de la progresiva renovación de los proyectos.