Hoy compartimos el segundo artículo especializado sobre «Cuidados al final de vida». Un artículo escrito por el Doctor Luigi Galli, Médico responsable del centro de cuidados paliativos Nostra Madre, centro de Hermanas Hospitalarias (Italia) y su equipo. Un artículo titulado «Cuidar en la Fragilidad».
Los cuidados paliativos son el tratamiento que acompaña a una persona cuando ya no hay posibilidad de recuperación de la enfermedad. Son muy importantes porque aportan calidad de vida al paciente y a su familia.
El primer objetivo de los cuidados paliativos es, precisamente, tutelar el espacio y el tiempo de vida de la persona enferma, garantizando que se elige la mejor terapia para esa persona, con esa patología concreta y en ese momento de su existencia.
Villa Rosa Viterbo cuenta con una larga tradición en la asistencia en cuidados paliativos. Su principal característica es la complejidad: el Centro atiende a personas con enfermedades oncológicas y de todo tipo y cubre todas las franjas de la edad adulta. Se trata de una competencia concreta que el centro de paliativos Nostra Madre representa muy bien, ya que parte de una reflexión sobre la persona y el ser humano, con todo su valor y unicidad: «Eres importante porque eres tú y eres importante hasta el final».
La necesidad de disponer de un centro diferenciado especializado en los cuidados paliativos y capaz de responder a las necesidades que van surgiendo a medida que avanza la enfermedad han fomentado el desarrollo de este centro en el marco de la programación sanitaria de Villa Rosa.
El centro Nostra Madre está organizado de tal manera que cuenta tanto con una estructura para la hospitalización, como con un servicio de asistencia a domicilio con personal dedicado a la tipología y complejidad asistencial, para atender las necesidades del paciente que desea permanecer en casa, garantizando la continuidad de los cuidados en el domicilio.
En el territorio de la provincia de Viterbo, de gran extensión, surge la necesidad de administrar cuidados que eviten o reduzcan al máximo el ingreso hospitalario. Además, trabajar respetando a la «persona-paciente» significa proponer acciones de acogida, escucha y cuidados que contribuyan a aportar alivio a la persona, respetando siempre la dignidad y la calidad de vida del ser humano.
«Profesionalidad y disponibilidad», son las palabras que la familia Lucarini quiso dedicar al centro Nostra Madre en los medios de comunicación el pasado mes de noviembre, por los cuidados recibidos por su querido Renzo. También la familia Cepparotti ha dedicado un espacio en las redes sociales locales al Centro, recordando a su madre, Lucia Massera, una conocida maestra, que «vivió con dignidad sus últimos días» en el recinto.
La atención global al paciente y a su familia es un elemento fundamental de la asistencia; por eso, para el centro Nostra Madre los cuidados paliativos implican un proceso sin interrupciones, que abraza a la persona y a sus seres queridos incluso después del fallecimiento del paciente.
«Nuestro objetivo es dedicar más atención a la persona» explica el doctor Luigi Galli, médico responsable del Centro. «Tenemos en cuenta no solo las necesidades clínicas, sino también las emocionales, psicológicas y espirituales tanto del paciente como de sus familiares, centrándonos más en la calidad de vida y no tanto en la duración restante de la propia vida, devolviéndole su dignidad a la persona. Todos los pacientes ingresados en nuestro centro pueden recibir la asistencia espiritual de un sacerdote de confesión católica presente en la sección; para las personas que profesan otras creencias, la dirección podrá suscribir acuerdos con representantes de otras religiones».
El esfuerzo concreto va desde el saber decir hasta el saber hacer. Durante la fase de progreso de la enfermedad, el objetivo de la intervención sanitaria es «cuidar» del paciente y de su familia; tarea que requiere de trabajadores competentes, formados en una comunicación real y pendientes de la dimensión humana para favorecer un enfoque adecuado a la compleja naturaleza del sufrimiento.
Desde el punto de vista de la continuidad terapéutica, el programa de asistencia del Centro es capaz de garantizar un estrecho vínculo entre el hospital, los centros sanitarios del territorio, el paciente y el núcleo familiar. Gracias a ello, es posible salvaguardar la calidad de las relaciones interpersonales en la unidad sufridora.
La asistencia continuada del Centro considera la muerte como un proceso natural. Mediante los cuidados adecuados, los pacientes y sus familias reciben acompañamiento, incluso en situaciones de extrema fragilidad, hasta el último instante. El palio o manto que los antiguos griegos y romanos colocaban sobre los hombros de las personas pobres y enfermas es el manto con el que se arropa el cuerpo del enfermo que recibe asistencia. Los médicos, enfermeros, voluntarios, psicólogos, asistentes sociosanitarios y asistentes espirituales constituyen, entre todos, el conjunto único del equipo asistencial.
«Hoy, un número creciente de personas afronta en soledad y sin la asistencia necesaria el sufrimiento que implican las enfermedades neoplásicas, degenerativas y cardiovasculares en la última fase de la vida». Rita Levi Montalcini
«Asistamos a los enfermos sin escatimar fuerzas, mente y corazón, ya que ellos, cuantos más enfermos están, más recrean la viva imagen de Jesús.» San Benito Menni