Amaya Rojo, graduada por la UNAV, única especialista en Farmacia Psiquiátrica de España

Amaya Rojo, graduada en Farmacia por la Universidad de Navarra, es la única especialista española que ha obtenido la certificación en Farmacia Psiquiátrica que otorga el Board Pharmacy Specialities de EE.UU. para acreditar los conocimientos, habilidades y competencias específicas en este área.

Entre los requisitos para obtener esta certificación, además del grado en Farmacia, es obligatorio poseer la Especialidad en Farmacia Hospitalaria, que en España se logra al finalizar el FIR (Farmacéutico Interno Residente). “Además”, explica Amaya, “hay que demostrar que se ha trabajado al menos 4 años dedicando más del 50% de la jornada en el área de la que se quiere obtener la certificación. En mi caso, en salud mental. Y tener un nivel de inglés medio-alto”.

Con los requisitos cumplidos, la farmacéutica tuvo que realizar un examen en Madrid -que también puede hacerse en Barcelona o Sevilla- y que cuenta con dos convocatorias, primavera y otoño. “Para mí fue un gran reto, ya que tenía que prepararme mientras seguía trabajando. Además, el examen, que consiste en 200 preguntas tipo test agrupadas en tres bloques -preguntas clínicas, de estadística, y de gestión y legislación- es sobre los medicamentos, la gestión y la legislación vigente en EE.UU., de donde procede la certificación”, detalla Amaya.

Como consecuencia, tuvo que buscar material para preparar el examen en una institución del país anglosajón: “Localicé el Colegio de Farmacéuticos Neuropsiquiátricos y allí me facilitaron material que estaba orientado a la prueba, lo que me ayudó muchísimo”.

Optimizar la terapia farmacológica

En opinión de la experta, esta especialización resulta clave cuando se trabaja, como es su caso, en un centro dedicado a la asistencia y cuidado integral de las personas con enfermedad mental, el Centro Hospitalario Benito Menni, institución de las Hermanas Hospitalarias: “En los pacientes con enfermedad mental la optimización de la farmacoterapia es clave para lograr el máximo beneficio clínico con el menor número de efectos adversos», cuenta.

«El farmacéutico, como experto en el medicamento, tiene una función muy relevante en colaboración con el resto de profesionales. Por eso, tener una formación exhaustiva y actualizada favorece que se aporte un valor añadido al equipo multidisciplinar en beneficio del paciente, que es siempre el centro de nuestra labor”.

Según explica la graduada en Farmacia de la Universidad de Navarra, como en España no existe esta especialización, “lo habitual es formarse con el propio trabajo. En EE.UU., en cambio hay un sistema estandarizado para obtener la acreditación, que debe renovarse cada siete años”. El hecho de ser la única española en haber obtenido esta especialidad –mientras que hay 100 farmacéuticos especializados en farmacia oncológica por la institución norteamericana- puede explicarse, según añade, “porque la salud mental sigue sin ocupar el lugar central que merece”.

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